Puede sonarte mal, pero la realidad es que el conocimiento de uno mismo implica justamente el trabajo de descubrir cuáles son los resortes secretos de nuestras propias acciones.
A menos que hayas consagrado la totalidad de tu vida a la compleja e incómoda tarea de descubrir las capas ocultas de tu psiquis, mucho me temo que aún no estás en condiciones de hacer uso de tu voluntad, ni de proclamar claridad e independencia de acción.
Puedo oír el descargo de nuestra mente negando quejosa los párrafos precedentes: "Hago tal cosa para conseguir dinero, y hago tal otra para ayudar a Fulano y no hay motivo oculto alguno". Sin embargo la cuestión es que si hablamos de un motivo oculto para ti mismo ¿Cómo habrías de saberlo?
Por ejemplo, la búsqueda de dinero, puede tener el superficial justificativo de hacerlo por el bien de la familia, y ser en el fondo, la única tarea a la que se aferra una psiquis desesperada por no hallar cauce sanador a un sentimiento de vacuidad. Esto no significa que el dinero no sea necesario a la familia, está más que claro el asunto.
Por otro lado, para el supuesto fin buscado, haces tal cosa y no otras de las tantas posibles.
Si por ejemplo, para conseguir dinero estudias una carrera ¿Por qué no más bien juntar un capital para abrir un almacén, y si estás haciendo esto último ¿Por qué no estudiar una carrera?
Los caminos a los que nos aventuramos son predistigitados por ocultas sinrazones, que tienen su lógica y estructura en un plan trazado en las sombras de nosotros mismos.
Lo que en apariencia es un medio para alcanzar un fin, resulta ser, al mirar mejor, la manifestación de nuestras variadas pulsiones ocultas.
En nombre de la libertad, en nombre de dios, en nombre del amor, y en nombre de todos los grandes valores, gente bien intencionada realizó (y continúa) las peores cosas del mundo. Por supuesto no descartamos a quienes disfrazan conscientemente sus ruines impulsos bajo un manto de consignas bien maquilladas para engañar a otros, pero no es eso de lo que trata este artículo. Más bien estamos enfocados en exponer que incluso tal clase de personajes son motivados por desconocidos motores para ellos mismos y aún cuando estén engañando a otros, primero se lo hacen a sí mismos sin saberlo.
Grandes corsarios matando y robando para algún día darle paz a los pueblos oprimidos por la realeza ¿Que harán con su sed de sangre cuando por fin logren erradicar el colonialismo y deban vivir civilizadamente? La respuesta es obvia, aunque no siempre manifiesta: La canalizarán por medio de las instituciones políticas, convirtiéndose en aquello que combatían.
¡Un momento! ¿Se está acaso afirmando que el ser humano es del todo inconsciente y que motores ocultos a él mismo le llevan de un lado al otro completamente dormido autoengañado con falsos ardides e ideales y bellas palabras para justificar lo peor de su propia debilidad y más oscuras pulsiones?
Claro que no, si tal cosa fuese cierta nuestro planeta estaría rebalsando de odio y habría multitudes hambrientas y personas que sacan provecho de otras, y distribución anormal de los recursos y explotación cruel y desmedida de la naturaleza, de los unos a los otros y de todos los seres vivientes del reino. Estaríamos en un mundo con mucho dinero invertido en armamento y lleno de drogas y entretenimiento de una cultura degradada para la evasión de nuestra vida despierta. Un mundo que genera falsos caminos de discernimiento, falsos caminos de iluminación, falsas conductas espirituales. Un mundo de prejuicios y de simplificados conceptos que clausuran a la profundidad del pensamiento y los valores que vienen con ello ¿Cómo podría esto ser así en un mundo de gente civilizada que busca el bienestar común y la amplitud de mente y conciencia? ¿O no es eso lo que está en boca del 99% de todos nuestros representantes y sus representados?
Podemos estar tranquilos, nada hay en la oscuridad, la motivación de este texto ha sido solo molestar un poco.
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